Olaa¡!
os dejo el capítulo 7 - Promesas. Una cosa, me gustaría que
comentáseis, para así ir mejorando el blog. Espero que disfrutéis
leyéndolo¡!
¿Porqué
nuestro ocupado Presidente, había metido una carta en mi bolsillo?¿De
que querría hablar? Acaso, ¿Quería disculparse, por lo que le había
pasado a mi querida madre? Tenía mil preguntas en la cabeza y no sabía
que hacer con la carta.
Así
que llegó un momento, en el que estaba tan nervioso, que todo mi cuerpo
temblaba, así que mi enorme curiosidad ganó y al fin abrí la carta. Lo
primero que decía era quién enviaba la carta y para quién estaba
dirigida, yo. En los bordes había una pequeñas rosas dibujadas en lila
claro, pero a mí me pareció muy cursi. ¿Tanto le gustaban las rosas?
Sonreí
con la bromita que había hecho, pero no era el momento adecuado para
tonterías. Lo siguiente que venía era un texto, no demasiado largo, con
una bonita letra pintada con pluma y por lo que me pareció, el papel
olía a rosas. Me pareció que el Presidente se hacía viejo y que aquello
daba cuenta de lo mal que estaba, porque con escribir lo que quería
tenía bastante, sin tanta decoración. El texto que venía en la carta, me
dejó helado, decía:
Tengo
fe, en que lo que pasó ayer no perjudicará, en nuestras relaciones,
porque si te das cuenta, tu madre podría haber impedido, que nuestro
bello país que es Panem, dejase de funcionar. Y te vuelvo a repetir, no
te enfades conmigo, yo no tengo la culpa de que tu madre no pensara en
lo que era lo mejor para tí o para toda tu familia...
El
texto seguía un poco más, pero decidí que era mejor dejar de leer todas
las tonterías que el viejo me contaba, así que preferí hacer con la
carta una bola de papel y tirarla. Le terminé de echar un vistazo, pero
me di cuenta de que había un párrafo aparte, que empezaba con Postdata y
lo leí. Lo que decía no hizo más que alimentar el terror y el miedo que
corría por mis venas. Decía:
Postdata: Nos veremos en los Juegos del Hambre, que disfrutes hasta ese momento.
Grité.
Grité y lloré, no quería morir, así que fui corriendo y llorando como
un niño pequeño que se ha caído a que alguien me dijera que aquello era
mentira. Mi padre estaba dormido en su habitación recuperándose, de las
heridas que tenía. Yo me abalancé sobre él y le zarandeé para que
despertase. Al fin despertó y al ver mi cara llena de miedo y terror,
sólo pudo incorporarse, para fundirnos en un abrazo.
Al
rato yo y mi padre salimos de la habitación, y nos fuimos a la mía,
quería ver aquello que me había hecho llorar. Yo me senté en mi cama,
dándole la espalda a la carta. Mi padre la leyó para sus adentros
entera, pero no estaba ni triste, ni furioso, nada. Cogió la carta la
arrugó y la cogió entre sus manos. Yo puse sobre su hombro, mi mano como
prueba de que sabía lo mal que lo debía estar pasando.
Mi
padre me cogió las manos y me dijo - hijo, sé que esto es muy duro, así
que te pido que para hacer frente a aquellos que quieran hacerte o
hacer daño a otras personas a las que quieres, que te entrenes muy duro.
No
sabía que podía contestarle, pero me pareció que lo más adecuado era
decirle lo que tenía pensado - papá, creo que voy a meterme en la
escuela de profesionales, para pelear y como dices tú, proteger a la
gente que quiero - le dije, un poco triste, pero si había que esforzarse
por conseguir algo aquel era el momento y meterse en la academia, era
lo que necesitaba. Así que cuando se lo dije, me dio la impresión de que
le daba una pequeña alegría, confiaba tanto en mí que pensaba que yo
podría limpiar el buen nombre de esta casa.
-
Si hijo, lo mejor que puedes hacer es entrar en la academia, para
convertirte en profesional, pero...- me miró a los ojos muy intensamente
- prométeme que no harás lo mismo que los demás profesionales, no te
presentes como tributo voluntario, no podría ver como mi único hijo, se
ofrece como voluntario, para ir a morir, como los soldados en la
antigüedad, ¿te acuerdas?
-
Sí, me acuerdo de los jóvenes que pensando que salvaban a su país, se
iban a la guerra para no volver. Vale papá, te prometo que no me
presentaré como tributo voluntario - le miré a los ojos y pude ver un
brillo muy intenso, creo que era orgullo. Me dio unas cuantas palmaditas
en la espalda, me besó en la frente y se marchó a su habitación. Le
dolía todo el cuerpo y debía recuperarse en reposo.
Así que me calenté la fría sopa y desayuné para más tarde volver irme a mi habitación para seguir recuperándome, mientras Annie y su madre se ocupaban de mantenernos a mi padre y a mí cuidados y bien alimentados.
Me
despierto en la tarde, ya estoy un poco mejor, ya no me duelen las
muñecas, pero si que noto un poco de escozor. Me recomienda la madre de
Annie, que me quede todo lo que pueda en reposo. Así que durante todo el
día, me quedo muy aburrido en la cama sin hacer nada. Voy de sueño en
sueño todo el día, hasta que llega la noche y de un sobresalto me
despierto. Miro la hora y veo que hace justamente una día a mi fallecida
madre, a mi padre y a mí, nos secuestraron.
lo que dices de mejorar el blog, a lo mejor podrias poner fotos , vidios de los personajes de LJDH o noticias . para que sea mas entretenidoo:)
ResponderEliminarNereaa
Jejejeje sii lo de los videos ya lo hagoo y lo de las noticias no me parece mal. Quizás lo haga¡!
EliminarGracias por recomendarme que añada cosas, Nerea¡!