Capítulo 17 - Nuevas Amistades

Olaa a todos siento haberlo subido tan tarde y encima después de tanto tiempo.Pero me tuve que volver a ir de viaje y hasta hoy no he podido coger el ordenador. Por cierto, ¿Que os parece que Sam Claflin, sea oficialmente el actor que protagonizará a nuestro queridísimo Finnick Odair? Bueno os dejo el esperado Capítulo 17 - Nuevas Amistades. Gracias por vuestra paciencia¡!


Al principio, me quedo aterrado ¿Quén será aquel que con violencia me apalea cómo a un perro? Cómo tengo muy poca experiencia en la pelea y defensa personal, me sigue golpeando. ¿Qué puedo hacer? No tengo experiencia alguna...Pero por arte de magia me llega un recuerdo de mi padre enseñándome una sencilla llave de lucha, un día cuando estábamos pescando en el barco. Consiste en ponerte encima de tu enemigo, ponerlo boca abajo y hacerle mucha presión en la parte baja de la espalda. Según lo que recuerdo de lo que me enseñó, por ahí pasaba un nervio, que detiene al enemigo de su ataque.

Espero el momento más adecuado, hasta que veo que se va cansando. Es entonces cuando con un rápido movimiento, le agarro las muñecas, las junto para que no pueda seguir pegándome, me  deslizo del peso del su cuerpecillo arrastrando la espalda por el suelo y me pongo a su espalda. Con la mano le sostengo las muñecas pegadas al suelo y con la rodilla derecha le hago bastante presión, creo que hasta demasiada por que mi enemigo suelta un grito casi ensordecedor... Por algún motivo, las luces que hay encajadas en las paredes, se encienden y dan más luz de lo que en un principio parecía.

Ese grito me es muy familiar... ¡Es Luck! ¿Pero porqué lo ha hecho?¿Creía que éramos amigos? Pero entonces...¿A qué ha venido el ataque? No puedo sentir sino asco, lo tenía como colega...Me separo de él, lentamente, para que no me vuelva a golpear. Tiene la mejilla pegada a la sucia moqueta del suelo. No puedo evitar mirarlo con odio y desprecio, en mi garganta hay una amarga sensación de rabia.

- ¡Chaval! No me mires así, que tampoco es para tanto, ¿No? ¿Qué pasa que nunca te habías peleado con nadie? Que tipo más mimado...- me dice con un tono de burla que no me gusta nada.

Con los gritos muchos chicos de las otras habitaciones del recinto llegan y se dedican a observar con intensa curiosidad lo que pasa entre nosotros.

- ¡Pero que dices, idiota! ¿¡Es que acaso te crees que puedes ir pegándole a cualquiera que tengas por delante!? - grito para hacerme ver fuerte, porque al tenerlo a él como compañero, lo voy a tener que aguantar durante muchos años y por eso, no se me puede ver cómo un ser debilucho, que se deja pegar por cualquiera. Enseguida noto que me pongo muy rojo, aparte de que tanta gente viéndome gritar me da la sensación de estar comportándome cómo un estúpido.

- Eeeh, no te pongas así, que no es para tanto. Además este sitio te pone a prueba en el momento en el que menos te lo esperas y... - hace una mueca de dolor al intentar levantarse - pero, ¿Que me has hecho, Finnick?... me has dejado la espalda machacada, ¿sabes? - hace muecas de dolor. Tiene el rostro contraído pero sigue hablándome - cuando entras por primera vez aquí, piensas que todo es de color de rosa y que tus únicos enemigos son los tributos de los otros Distritos, pero en lo que no piensas es que en cuando te dan el visto bueno, para comenzar a entrenarte, los tipos importantes de este sitio, ya están deseando ponerte a prueba, para ver que es lo que puedes hacer, para dar juego y exprimirte al máximo. Se hace cada año con un nuevo miembro, que entra en este sitio y que tenga más posibilidades de hacer algo importante...- y se quedó semi-insconciente.

Me daba pena, era sólo un chavalillo que aparte de ser utilizado cómo una marioneta, encima estaba solo en este mundo. Creí conveniente ayudarlo y para que despertara del sueño en el que lo había dejado mi llave, lo desperté golpeando suavemente sus mejillas.

Despertó como un resorte, estaba intranquilo y asustado. Pero en cuanto me vio me dijo - Eeeh tío, ¿Que me estabas haciendo? ¿Acaso intentabas acosarme o algo parecido? - estaba encendido en un intenso color rojo, cruzó los brazos y vi que se reía por dentro, aunque tenía una expresión de bochorno total. Por allí y por allá se escuchaban las carcajadas de nuestros compañeros, que no se podían aguantar las enormes ganas de reír, por culpa del malhumor de mi amigo.

Yo le seguí el juego, esto se me daba de maravilla - si hijo, es que eres tan guapo que no he podido resistirme - estallaron las risas entre los compañeros, incluido Luck.

Todos reíamos, estaba relajado por el hecho de que Luck no intentara matarme mientras dormía, esto era todo un alivio.

Al fin, Luck pudo levantarse sin que le doliera la espalda y fue cuando nuestros compañeros empezaron a marcharse, no sin echarnos unas risas más. Luck y yo, recogimos toda mi ropa que estaba tirada por el suelo. Entramos en la habitación y dejamos la ropa por ahí, no teníamos ganas de ponernos a doblarla y todo para que al rato estuviese igual.

Pronto empezamos a aburrirnos y decidimos contarnos cosas que nos gustaba hacer. El decía que sobre todo, le gustaba subirse a un árbol bien alto, buscar una buena rama que fuera resistente y echarse una larga siesta sin que nadie le molestara y es que pensaba que ese era un buen lugar para descansar. Yo le dije que a mí sobre que todas las cosas me gustaba bucear y moverme cómo un pececillo bajo el agua y hacer cosas cómo el pino y ver cómo los animales se movían de un lado a otro. El chico parecía encantado con mis relatos marítimos.

Se hacía de noche y tenía un hambre casi insoportable, cuando sonó un ruido muy fuerte. Luck me informó que eso era la alarma de la hora de la cena y corrimos a hasta el comedor. Era gigantesco y tenía capacidad para muchísima gente. Nos acercamos a una barra con comida y empezamos a echarnos cosas como croquetas con sabor a jamón de York o puré con sabor a chorizo. Fuimos a sentarnos cuando me dí cuenta de que chicos y chicas comíamos en el mismo comedor.

Luck me dirigió a una mesa que estaba vacía y pronto se nos unieron dos chicos más de la edad de mi colega.

- Ey, tío que pasa...- y chocaron los puños - Nos han dicho que te noqueó un niñito de primero, ¿Es verdad? - los chicos iban en chándal y daba la impresión de que prácticamente todo les daba igual.

- Sí tíos, me hizo una llave que yo no conocía y me dejó tocado - se lamentaba Luck - si lo hubiera sabido, le hubiera hecho polvo...

- Valla tío, lo sentimos mucho - al ver que estaba realmente dolido le propusieron algo - Olle, ¿Quieres que lo hagamos nosotros?

- No tíos, me he dado cuenta de que no serviría para nada...- los otros chicos se quedaron flipando.

- ¿Que te pasa tío? ¿Tan bestia es que ni siquiera nosotros podríamos con él? - le preguntó uno de ellos atemorizado.

- No tíos no es eso... es que es mi colega - me apretó contra él, al mismo tiempo que me señalaba con el dedo índice - tíos, este tipo es Finnick y es un máquina. Es mi compañero de habitación y es un tipo estupendo.

Los otros se quedaron atontados pero rápidamente se presentaron - Que pasa tronco, este es Jeff y yo Jareth, ¿Y tú cómo te llamas?

- Finnick - Respondí un poco abrumado.

- Genial tío - respondió Jeff - ¿Cómo fue derribar al tío este? - señalaron a Luck que comía dejándolo todo sucio.

- Raro - no sabía que más decir - bueno yo voy comer ya...- y sin pensármelo dos veces empecé a engullir.

- Perfecto tío - respondió Jareth

Comíamos cuando de pronto noté que alguien se sentaba a mi lado. Yo que estaba sumido en mis pensamientos, no vi quién era hasta que las miradas de los demás me obligaron a salir de mi mundo y vi que era una chica. Guapa y con el pelo rubio. Me miraba como si fuera una rareza o algo.

Notaba que me quería decir algo y cuando ya empecé a estar harto le dije - Hola, ¿Quieres algo?

La chica tenía unos bonitos ojos color azul claro - si... bueno... ¿Cómo te llamas? - Tenía una sonrisa radiante.

- Me llamo Finnick ¿Y tú?

- Me llamo Lilieth, pero todos me llaman Lili ¿Eres nuevo verdad? - me miraba encantada, cómo si fuera un enorme helado de chocolate al que deseara probar bocado.

- Si, soy nuevo - aquella tía estaba flipada, ¿A que venía preguntarme aquello?

- Lo sabía, un chico tan guapo cómo tú, no pasa desapercibido - me sonrió y se marchó. A medio camino de su mesa me dijo - ¡Ya hablaremos guapo!

Yo estaba que me moría de la risa, esto era vergonzoso. Los chicos se reían y hasta que terminamos, se pusieron a parodiar a aquella loca de Lilieth.

Al fin nos fuimos a nuestras habitaciones, habíamos cenado y estábamos llenos. Me quedé en ropa interior y me metí en la cama tenía miedo de pasar la primera noche sin mis padres o sin Annie.

Todavía, a pesar del tiempo que había pasado tenía el cuerpo dolorido y de vez en cuando notaba un poco de sangre en el labio de abajo, por culpa de la pelea con Luck.

Luck y yo estuvimos un buen rato hablando, de muchas cosas hasta que se quedó dormido. Era buen tipo y este sitio no está tan mal. Ojalá pueda contarle pronto a a Annie, lo bien que se está aquí. Pensando en todo esto me quedé soñando con ella, la chica de mis sueños, mi Annie.