10/17/2012

Capítulo 26 - Gritos Desgarradores




Hola, os traigo por fin el Capítulo 26 - Gritos Desgarradores. Os traigo un par de sorpresitas y sólo os digo que una es un vídeo. Pero sólo os voy a decir eso, la otra tenéis que descubrirlo vosotr@s mism@s aunque es un poco triste. Así que hala, a leer se ha dicho¡! :)


- No puede ser Finnick, no puede ser... las malditas cosechas, ¿compradas? ¿Pero por quién? ¿Quien sería tan animal? - y se desplomó contra una pared mientras se tapaba la cara con las manos. 

Estuvimos así dos horas, gracias a que la profesora se encontraba enferma y teníamos esas dos horas libres. Luck lloraba y yo centraba mi mirada al cielo, tan azul y tan bonito. Me costaba pensar en cómo alguien podría disfrutar de algo tan horroroso. Luck terminó de desahogarse, así que nos fuimos a entrenarnos con ímpetu. Costaba pensar en que la mayoría de aquellos chiquillos quizás nunca llegaran a tener tiempo algún día de ser felices o si quiera de amar y ser amados. 

Durante todo el día estuve dándole vueltas al mismo asunto: Mags. Tras mucho pensarlo y repensarlo, me di cuenta de que era de esperar que el Capitolio hiciera eso, él mató a mis padres. Por ello al final del día, aún estando muy cansado, me fui a hablar con Mags. Cuando llegué allí, llamé a la puerta. No había nadie, pero para asegurarme miré por la ventanas. No se veía mucho y es que tenía las persianas bajadas hasta casi en su totalidad.

Así que me preparé para esperarla, me senté en un banco blanco que tenía en el porche y que iba enganchado al techo con dos pares de cadenas en los dos extremos. Tenía una bonita casa y parecía bastante cómoda. Había bastante plantas que ocultaban bastante bien, parte de la casa y es que una vencedora nunca tendrá intimidad ni en su propia casa. La fachada era blanca y las ventanas tenían una franja azul por todo su contorno, haciendo un efecto muy bonito. 

En la parte trasera había un muelle privado, para uso exclusivo de la vencedora y que yo suponía habría costado una enorme cantidad de dinero. Mags era una de las privilegiadas que tenían un trocito de playa para su uso. Esperé media hora a que llegase, pero por culpa de todo el cansancio acumulado, me quedé dormido.

Cuando desperté, tenía sobre mí una gruesa manta de lana y algún tipo de plástico forraba la parte que presuntamente debería dar sobre el cuerpo. Me incorporé y me di cuenta de que me había secado y es que el último entrenamiento que habíamos hecho en la academia era natación. Me asustó un ruido que provenía del interior. Me levanté para ver quién era, pero era la dueña de la casa, Mags. 

- Hola Mags, ¿Qué tal? - sonreí un poco nervioso. Me había pillado desprevenido. 

- Hola Finnick, muy bien, ¿y tú? - sonrió y no sólo con los labios sino también con los ojos, es decir, no le molestaba que estuviera allí y no solo eso, no le desagradaba mi presencia. 

- Sí, muy bien pero quería hablar contigo sobre...

- Lo sé, pero tenemos tiempo para hablar sobre eso. Ha sido muy curioso que cuando he llagado de hacer mis entrenamientos, te he encontrado aquí dormidito y bastante húmedo así que para no despertarte, te he puesto la manta - me explica mientras me hecha una elocuente mirada, cómo si quisiera decir que no podemos hablar sobre lo otro en este sitio.  

Así que me hago el loco y hablamos sobre cosas aparentemente sin importancia, como que la manta es de tecnología punta y que permite secar ropa que está puesta para no andar quitándose y poniéndose ropa a cada rato. Cuando veo que está anocheciendo le digo cómo si nada que cuando quiera que me haga una visita y con ello le doy a entender que se pase por la academia cuando le apetezca para hablar de cosas más importantes de lo que hemos podido comentar hoy. 

Así que estoy llegando a la academia, cuando a lo lejos veo a una niña y su madre, las dos vestidas de negro, que parecen llorar desconsoladamente. Me da lástima, pero que no puedo hacer nada para que su pena disminuya. Así que cuando voy a entrar y cerrar las puertas una voz, que me es muy familiar pero que hacía mucho tiempo que no escuchaba se oye en medio del anochecer. Esa voz, su voz, tan suave que parece terciopelo, que calmaría a la peor fiera, grita con desgarrada pena <<¡PAPÁ!, ¡PAPÁ!>> Me hiela la sangre y salgo corriendo para ver con mis propios ojos de quién se trata, para simplemente confirmarmelo. 

Me voy acercando y veo que ellas me miran. Y para mi pena y alegría veo que la niña que se encuentra arrodillada en el suelo, es Annie. 



 Peeta & Katniss - the weight of us.


¿Que os a parecido? ¿A que es un vídeo bastante bueno? :)







3 comentarios:

  1. que ganas de que colgaras el capitulo! como siempre, dejando con la intriga jajaja , me ha gustado mucho espero que no tardes en subir el próximo:)
    Nereaa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por comentar Nerea, para mañana tendré el próximo¡!

      Eliminar
  2. Eh, esto es cruel(Sí, acabo de empezar la historia hoy). Por suerte ya está el siguiente capítulo...

    ResponderEliminar

Me gustaría, que siempre que tengais una duda o querais decirme algo, por favor, comentadlo. Os lo agradezco enormemente. Gracias¡! :)