Olaa, siento publicarlo, tan tarde pero he estado viendo la cermonia de apertura de los JJ.OO y hasta hace rato no he podido meterme en internet. Bueno no me entretengo más y os dejo el Capítulo 10 (uff que alegría por subirlooo) - Dos Caras. Que disfrutéis¡!
Salgo de la Academia y me dirigí a casa. Por el camino, pienso que debo hacer, ¿Decirle a papá que entrene conmigo o hacerlo yo solo? Pienso que papá me puede ayudar con las prácticas ya que terminé con la teoría y que sería bueno, pedirle algo de ayuda. Llego a casa con ilusión y esperanza de que me ayude y que me dé fuerza para seguir adelante, porque lo que me espera es duro.
Pensando
en todo esto he entrado en casa y casi sin darme cuenta estoy delante
de la puerta de su habitación. Estoy parado ahí porque, un olor muy
fuerte me llega a la nariz. Es agrio y repugnante. También me llegan
matices de algo parecido a vómito. Tengo la mano izquierda, sobre el
pomo. Hay algo que me dice que debo quedarme afuera, pero unos gemidos
me llegan desde adentro. Decido entrar con la mano tapándome la nariz,
intentando apartar algo del olor que emana desde la habitación.
Mi
padre está sentado, en un rincón de la habitación, con una botella de
licor en una mano y en la otra tiene un vestido de mi madre, que parece
ser blanco con pequeñas piedras brillantes azules. Todo a su alrededor,
está cubierto de vestidos de ella, vestidos que me traen montones de
recuerdos y que hacen que cada paso hacia mi padre sea más doloroso.
Me
acerco a mi padre y el pobre está tan borracho, que no se ha dado
cuenta de que he entrado en su habitación. Llora y mucho, está muy
triste. Está hablando consigo mismo y dice algo como - Yo te amaba
taaanto... o - Eras muy especial... Sólo puedo entender eso de él.
Le
pongo una mano en el hombro cuando por fin se da cuenta de que estoy
con él y le digo - Papá, a mamá no le hubiera gustado verte así, por
favor levántate y ve al cuarto de baño.
Me
ve y dice - hijo mío, ella no debería haber pasado por esto, era
demasiado buena, ella luchaba por un Panem libre y mira cómo se lo han
pagado
-
Sí papá, lo que hicieron era realmente injusto - nos vamos al cuarto de
baño y lo dejo que se duche para que se despeje. En las manos me ha
dejado el vestido que tenía entre las manos, es precioso. Tiene creo que
zafiros, encajes y perlas. Mi madre con un vestido así seguro que
estaría genial.
Espero
que mi padre, termine y cuando lo a hecho, le digo que lo que sucedió
en la Academia. Él cree conveniente de que entrenemos los dos, así que
nos llevamos algo de comida para pasar todo el día entrenando. Además,
creo que necesitaba pasar un largo día con su hijo, haciendo lo que más
nos gusta, pescar.
Al
final del día, hemos conseguido muchísimos avances y cuando por fin
pesco un pececillo con las manos, mi padre me deja que utilice el
tridente, pero cómo soy demasiado joven, no me dejará hasta dentro de
muchos años, que yo tenga uno propio. Es increíblemente manejable, no sé
si será muy caro pero quiero uno. Cuando nos damos cuenta se ha hecho
de noche, tenemos mucha pesca en nuestros cubos y tengo la mente
despejada.
Antes de bajar del barco me hace una pregunta muy extraña - ¿Hijo, sabes que es lo que más cuesta de conseguir en este mundo?
Yo
me quedo pensando un momento, ya que pueden ser muchas cosas : dinero,
amistad, felicidad, amor... - yo creo, que es... la felicidad - contesto
orgulloso, era una pregunta difícil y creo que es muy correcta. Pero
cuando mi padre me corrige me quedo pasmado.
-
No hijo, es una cosa , mucho más importante, a la que nadie presta
atención, pero que si tienes el oído adecuado para escuchar en el
momento idóneo, puedes hacer que un país se venga abajo, como un simple
bote en medio de una tormenta en el mar. ¿Sabes a lo que me refiero?
-
Espera papá, que lo voy a pensar un poco - Me quedo pensativo durante
el trayecto del muelle a casa. Es extraño que una cosa que haga
tantísimo daño no sea importante para aquellos que los tienen - papá,
cuéntamelo, porque no sé que puede ser tan destructivo.
- ¿No lo sabes? - me pregunta sonriendo por fin - Los secretos
- Venga papá, algo así estará muy controlado, ¿No? - Es tan fácil, que hasta resulta un poco extraño.
-
Que va, las personas importantes, al sentir que tienen el poder,
piensan que aquello que esconden, no les pueden destruir y les dejan sus
secretos más jugosos, a personas no fiables, que por moneda de cambio,
dirían lo que quisieses.
- ¿Y esto porque cuesta tanto de conseguir? - le repito la pregunta que me hizo al principio.
-
Hijo, porque todo el mundo tiene secretos, peores o mejores, pero todo
el mundo tiene secretos, así que cuestan tanto de conseguir porque debes
saber donde poner la oreja para escuchar algo importante y que se
merezca tu tiempo y quitarla cuando esos secretos no sean importantes
¿Comprendes?
- Sí comprendo bien, ¿Pero eso no sería de ser cotilla? - la sola idea de pensarlo, me repugna. No podría ser así.
-
Sí, lo serías, ¿Pero si una persona te hace daño, no le vas a
responder? Además que un cotilla es aquella persona que en cuanto sabe
algo, lo cuenta para hacer lo que le parece a él, que va a hacer mucho
más daño, mientras más pronto lo diga. Pero si te lo guardas, no. Tú
solo esperarías la situación más ventajosa, para aprovecharte de él - Me
explica sonriendo sólo ante la posibilidad de hacerlo. Hemos llegado a
casa, dejo mi cubo con la pesca en la encimera y me tiro en el sofá.
Yo
aunque le veo la utilidad que puede tener hacer eso, creo que aún así
es un poco malévolo, aprovecharte así de las personas que tienes a tu
alrededor.
Estoy
tan cansado que nada más echarme en el sofá, caigo rendido y duermo esa
noche en el sofá. Curiosamente es una noche que no tengo pesadillas,
quizás será porque mi mente está demasiado cansada cómo para crear
nuevas pesadillas.
Me
despierto con el canto de un pajarillo, posado en el alféizar de la
ventana, está lleno de colorido y me dan ganas de decirle a mi padre que
me compre una mascota, porque desde luego mis animales preferidos son
los perros.
Cualquiera
diría que sería algún tipo de pescado, pero me gusta que si tengo una
mascota a mi cargo, que se acuerde de mí al llegar a casa. Estoy
pensando en cosas de este tipo cuando pego un bote. No me acordaba de
que hoy tenía que ir a a la Academia para convertirme en tributo
profesional.
Es
increíble que papá no me halla despertado, son las 11:30 y no sé si
llegaré. Además me tengo que duchar porque todavía tengo arena de ayer,
cuando fuimos a pescar y cómo me quedé dormido en el sofá en cuanto
llegamos por la noche, pues hoy tengo que ducharme sí o sí. Corro a mi
cuarto, cojo una ropa que esté medianamente limpia y corro a la ducha.
Termino y para desayunar algo me llevo por el camino un par de galletas de vainilla.
No
me gustan demasiado, pero con las prisas ni me he dado cuenta. Salgo
corriendo y me dirijo todo lo rápido que puedo a la Academia. Para
cuando he llegado, me he terminado las galletas, pero al ir corriendo
las tengo todavía en la garganta. Voy a entrar cuando me veo reflejado
en el cristal de la puerta de entrada, de que tengo los pelos cómo un
loco. Me peino un poco el pelo, con los dedos. Me da un poco de
vergüenza, pero intento entrar con aire despreocupado.
Allí
hay varias personas, a juzgar mayores, que me miran un poco extrañados,
pero yo me siento en plena libertad, así que entro en la sala de
entrenamientos del día anterior y veo al que podría ser mi profesor, en
los años siguientes.
Llega corriendo a dónde yo estoy y me mira preocupado - Finnick, ¿donde has estado?
Los supervisores te han esperado mucho tiempo, espero que no decidan irse justamente cuando has llegado.
Yo le miro sorprendido - no es para tanto profe, si no se esperan, ¿Cómo piensan que pueden encontrar a más niños a los que poder matar entre ellos? Además yo no tenía ni idea de a la hora que tenía que venir. Y si no, que se aguanten las gentes del Capitolio - hala, lo he dicho y me he quedado muy agusto. ¿Que se esperan? ¿A niños deseosos en la puerta, queriendo de enseñarles todo lo que saben?
Se me acercan por la espalda los 3 carrozas, que me he encontrado en la puerta, que me miraron sorprendidos. Saludan, se presentan y me dicen que es lo que van a hacer hoy por allí.
Una mujer vieja, con el pelo blanco y recogido en un moño, se presenta primero - Hola Finnick, me llamo Erindis y voy a observar cuál es tu actitud, hacia Los Juegos Del Hambre.
Me presento muy amable, para que vea que soy respetuoso y me deshago en halagos hacia Los Juegos Del Hambre. Así conseguiré un punto a mi favor - Muy Buenos días, señora. Realmente estoy deseando de empezar a entrenarme, para participar en esos maravillosos juegos. La mujer no puede evitar sonreir al escribir en su cuaderno. Creo que le agrado, no me ha venido mal el comentario.
Con los otros 2 es lo mismo, muy amable y respetuoso hacia todo lo que tiene que ver el Capitolio. La diferencias, que uno ellos se dedica a ver mi cualificación y mi nivel. El otro creo que se dedica algo de la moda, pero no lo entiendo muy bien. Los 3 van de negro, creo que se hacen los dignos ante tanta miseria, pero teniendo en cuenta que vienen desde el Capitolio, me resulta casi normal.
Me dicen que me prepare con el mono de la Academia, que me queda un poco grande pero aún así, que me preparo para darles un buen espectáculo en directo, gracias a lo que me ha enseñado mi padre.
Yo le miro sorprendido - no es para tanto profe, si no se esperan, ¿Cómo piensan que pueden encontrar a más niños a los que poder matar entre ellos? Además yo no tenía ni idea de a la hora que tenía que venir. Y si no, que se aguanten las gentes del Capitolio - hala, lo he dicho y me he quedado muy agusto. ¿Que se esperan? ¿A niños deseosos en la puerta, queriendo de enseñarles todo lo que saben?
Se me acercan por la espalda los 3 carrozas, que me he encontrado en la puerta, que me miraron sorprendidos. Saludan, se presentan y me dicen que es lo que van a hacer hoy por allí.
Una mujer vieja, con el pelo blanco y recogido en un moño, se presenta primero - Hola Finnick, me llamo Erindis y voy a observar cuál es tu actitud, hacia Los Juegos Del Hambre.
Me presento muy amable, para que vea que soy respetuoso y me deshago en halagos hacia Los Juegos Del Hambre. Así conseguiré un punto a mi favor - Muy Buenos días, señora. Realmente estoy deseando de empezar a entrenarme, para participar en esos maravillosos juegos. La mujer no puede evitar sonreir al escribir en su cuaderno. Creo que le agrado, no me ha venido mal el comentario.
Con los otros 2 es lo mismo, muy amable y respetuoso hacia todo lo que tiene que ver el Capitolio. La diferencias, que uno ellos se dedica a ver mi cualificación y mi nivel. El otro creo que se dedica algo de la moda, pero no lo entiendo muy bien. Los 3 van de negro, creo que se hacen los dignos ante tanta miseria, pero teniendo en cuenta que vienen desde el Capitolio, me resulta casi normal.
Me dicen que me prepare con el mono de la Academia, que me queda un poco grande pero aún así, que me preparo para darles un buen espectáculo en directo, gracias a lo que me ha enseñado mi padre.
Me da pena Finnick, con lo pequeño que es y ahora mira el padre !
ResponderEliminarya es que la pérdida de su madre fue muy dura para los dos. Gracias por Comentar¡!
EliminarPobrecitoooo,se nota k es finnick por su inteligencia,su forma de actura,su `chuleria`.Me ha encantado cuando estaba hablando con su padre de los secretos jejeje hay la has clavao.Como siempre te digo esta genial.
ResponderEliminarUn beso,Pinkgel.
Muchísimas Gracias Pinkgel¡! jejeje si es un tio que tiene bastante de inteligencia¡! Muchas Gracias otra vez, jeje sii me lo curré porque era algo de importancia. Gracias por comentar y Un Besitoo¡!
Eliminarmuy bueno lo de los secretos, me ha encantadoo!
ResponderEliminarNereaa
Gracias¡! :)
EliminarEsta historia esta genial , así justamente me imaginaba a Finnick , lastima que lo matàn en sinsajo , me gusta como describes a Annie.
ResponderEliminarADIOS :)