Ola Tributos¡! Pido mil perdones, por tardar tanto en subirlo, pero quería hacerlo más largo, sólo para vosotros. Quiero comentarios de que os a parecido, de acuerdo¿? Bueno, pues os dejo al fin, el Capítulo 31 - Celos. Promete ser interesante¡! Y espero que lo disfrutéis mucho¡!
Encontrarme aquí a 4 chicas, que pasaron de ser cómo hienas a dulces cachorros, me impresionó y más cuando delante de mí tengo a una Ariel, que se esfuerza en no posar sus ojos sobre mi cuerpo. Cierro la puerta del cuarto y veo que en sus grandes y bonitos ojos hay una mezcla de duda y curiosidad, por saber lo que pasará.
Así que me cruzo de brazos y me apoyo sobre el marco de la puerta, esperando a que diga algo. Quizás un lo siento o simplemente la razón del porqué lo ha hecho. La miro pero parece estar atemorizada, lo que me da pena, pero recuerdo que fue ella la que hizo este plan, para pillarme desprevenido.
Cruzo la habitación y me siento en una silla. Aún estoy húmedo, pero no quiero perder la distracción que tiene Ariel y haber si así puedo sacarle toda la información que necesito, sobre su plan.
- Bueno...Ariel, que teníais pensado hacer, ¿entrar en el baño y pillarme desnudo? - y la miro con furia, no sabiendo que hacer con ella, si echarla de aquí o qué.
- Pues...Mmm...N-No-Nosotras, no s-sabíamos lo que podíamos e-encontrar, s-sólo que-queríamos entrar a darte un p-pequeño susto...- y se pone a mirar el suelo con intensidad, cómo si quisiera fundirse con él.
- Valla a si que un pequeño susto, ¿eh? ¿Y se puede saber de donde sacasteis las laves de la habitación? - y lo único que se me ocurre es que se le hallan caído por ahí a mi colega del alma.
- Una de las chicas, pensó que la mejor manera de hacerte una broma sería, entrar cuando menos te lo esperases, así que en el comedor se sentó junto a Luck y empezó a contarle que siempre lo había visto más que un amigo, que lo amaba en secreto y esas cosas, entonces ella le propuso celebrar que eran algo así cómo una pareja, marchándose al parque a besarse. Fue allí donde le quitó la llave y me la dio a mi, porque estaba escondida por allí cerca.
A cada palabra, más odio sentía por ella y sus juegos de niña del Capitolio, no era por broma o tonterías de esas, sino porque quería obligarme a ser su novio o algo así y y no me doblego ante nadie y menos cuando utiliza a mi amigo para hacer de las suyas. Mis ojos chispean de odio y me pide perdón cómo si estuviera arrepentida, pero lo único que hago es cogerla por el brazo y sacarla fuera del cuarto.
La miro con una mezcla de odio y asco, antes de darle un portazo nada más haber salido. Yo pensaba que era una buena persona y mírala, intentando colarse después de haber utilizado a mi amigo. Me siento fatal, así que sin preocuparme por lo húmedo que aún pueda estar, me pongo el pijama y me quedo dormido al rato.
Horas más tarde, llaman a la puerta. Es Luck, que llega de lo más contento, tras haber besado a una chica, muy intensamente. Le extraña que se la halla perdido la llave y cuando le cuento lo que pasó, me mira un poco asustado por lo que hacen las chicas cuando alguien les gusta mucho. Está un poco molesto que lo hallan utilizado así y eso que lo tuvo esperando más de media hora cuando Ariel lo llamó, pero la chica era tan guapa que no le importó esperar. Un poco enfadado con Luck, por no haberme defendido de alguna manera, me acuesto dejándolo con la palabra en los labios.
A la mañana siguiente, me desperté y bajé solo al comedor, todas las chicas me miraban y seguro que era porque habían contado que me habían visto solamente con la toalla. Desayuno algunos cereales de chocolate con leche y un zumo natural, para empezar fuerte el día. Me acerco hasta la máquina de abdominales, me tiendo sobre ella y empiezo con los ejercicios. 1 hora más tarde estoy harto y me voy a practicar con el tridente, que me hace falta un poco de relajación mientras entreno. Pasado un rato a nuestro grupo, nos llaman para ir a hacer ejercicios a la playa. Es curioso, en todo el día no he visto a Luck, ¿me estará evitando? No le doy mucha importancia, así que me preparo y nos marchamos a la playa.
Corremos, sudamos, nos ejercitamos y aún así parece que no es suficiente para nuestros profesores que lo único que les falte es incentivarnos con amenazas. Terminamos por el momento para marcharnos a comer. Llegando al comedor, me uno a Jeff y Jareth que comprenden, que me halla enfadado con Luck.
Salimos de allí una vez que hemos terminado de comer y nos volvemos a la playa, a hacer ejercicios de resistencia en el agua. Hacemos 2 grupos de 24 tributos cada uno y el nuestro es el primero en hacerlo. Tras la primera ronda de llevar peso atado a nosotros para fortalecernos, nos dejan descansar en la arena mientras que el otro grupo, hace el ejercicio.
Me tiendo y escucho el ruido de las olas, las gaviotas de aquí para allá, el suave viento ondeando mi rubio pelo y que me acaricia suavemente mi mejillas, ese aroma a dama de noche que me gusta tanto... Y de pronto la mano de Jareth, da un toque suave a mi brazo, en plan de llamada haciendo que me levante sobresaltado. Lo miro con un poco enfado por despertarme de mi feliz momento de tranquilidad, pero el me mira y me señala a una persona que nos mira desde la lejanía. Fijo mis ojos y enfoco su pelo, su cara, sus ojos chocolate en los que me pierdo llegando al infinito, incluso en esas pequeñas pecas que tiene bajo esos hermosos ojos...¡Annie!
Sin pensármelo dos veces, corro hacia ella. Hace tanto que no la veía que ya casi me resultaba raro. Incluso a veces soñaba en que me echaba la bronca, por no visitarla tanto cómo ella hubiera querido, pero el hecho que ahora me sonría me alegra este día tan raro. Cuando he llegado a su lado, casi me abalanzo sobre ella. Estar con ella me resulta una experiencia, difícil de describir. Verme a sí de feliz, la ha puesto colorada pero acepta que entre mis manos recoja su rostro y le de dos grandes besos en las mejillas. No se esperaba que me pusiera tan contento, pero después de no verla durante varios días, que esta es mi única reacción posible.
Le cojo una mano y me la llevo a una cueva que hay a unos cien metros y que te oculta decentemente de los curiosos del exterior. Me pide que espere un momento y recoge un cubo, con conchas de muchos colores y agua salada a la mitad. ¿Para que lo querrá? Le pregunto y dice que es para su madre, para decorar su habitación. Le llevo el cubo y nos acercamos a la cueva. Más tranquilo recuerdo, que no la saludé siquiera de lo emocionado que estaba por verla. La saludo y le pido disculpas por no haberlo hecho antes. Me estira suavemente de la mejilla y me dice algo que me deja alucinado "No hace falta que me digas nada, porque tu sonrisa lo dice todo". Y esa sonrisa que me regaló, fue deslumbrante, mejor cien veces, que la de la señorita del Capitolio.
Charlamos durante un buen rato, nos lo contamos todo. Le digo lo que pasó con Ariel y se muestra indignada con la chica por haberse pasado de esa manera. Aburrida empieza a dibujar con un caballito de mar, con bonitos detalles. Me habla de alguna cosa pero no me entero, porque me estoy fijando, en lo bastante que ha cambiado en tan poco tiempo. Ha crecido, su pelo es muy largo y su rostro se ha endurecido por el sufrimiento, lo que la hace más mayor. Sus manos y sus dedos, son delgados y delicados, pero acostumbrados a trabajar tejiendo redes con agujas de hueso de tiburón. Hoy parece una modelo: lleva una sencilla camisa blanca y una falda muy larga que le llega a los tobillos, parece que realmente hoy halla salido de casa, para embrujar a algún chico con su encanto y dulzura.
De pronto las palabras que salen de sus labios, toman sentido en lo que dice - ...y me dice, bueno si a ti no te molesta, me voy a quitar la camiseta que tengo mucho calor, ¿Vale? y yo pues claro sin saber si me lo estaba preguntando o pidiendo permiso le digo claro que sí ¿Pero de que va ese chaval? Es algo que no entiendo...
- ¿Qué te dijo ese tío? - le pregunto de repente.
- Haber Finnick, ¿No lo entiendes? - me pregunta extrañada.
- No muy bien, creo que será mejor que me lo expliques porque si no, no me entero.
- Resulta que estaba en el muelle, trabajando con mi madre, porque acababa de salir del colegio y le quedaban 12 redes por arreglar, cuando se nos acerca Leo y nos pregunta, ¿Os puedo ayudar a terminar vuestras redes? Y me miró. Mi madre se dio cuenta y se hizo la cansada y se fue a casa a terminar el almuerzo. Así que se sienta y termina la que estaba haciendo mi madre. Nos pasamos un rato sin hablar nada. Pero yo de vez en cuando, notaba que me miraba y a mí me daba mucha vergüenza, así que me hice la loca y durante un rato nadie habló. Si tu supieras el calor que hacía, me caían gotas de la frente y claro me dice, bueno si a ti no te molesta, me voy a quitar la camiseta que tengo mucho calor, ¿Vale? Yo no sabía si me estaba pidiendo permiso o algo y le dije que claro, pero valla para ser tan pequeño no es muy normal que tenga tanto músculo porque sinceramente, parece que quiera entrar en la academia. Al final, terminamos le di las gracias y me marché. Pero no sé miró con esa cara tan rara, cómo si esperara que le dijera algo más, que con el gracias no era bastante, ¿Sabes? - se mordió el labio y la abracé.
Le expliqué, que el chico ese se esperaba más de ella, quizás incluso una cita. Pero al no, decirle nada le calmó los nervios y seguro que la dejaba en paz. Y todo esto la calmó a ella, que nunca había vivido situaciones tan extrañas. Escuché unos pasos en el exterior, iban despacio y desde adentro se veía una sombra que se pegaba a la pared. No podía ser que cualquiera que pasase por allí, decidiera esconderse para escuchar conversaciones ajenas porque sí. Así que debía ser alguien que nos había visto, entrar aquí y que quería escuchar conversaciones privadas.
Silencié a mi amiga y ella se dio cuenta de que nos espiaban cuando vio la sombra, así que con voz potente dije - ¡Sea quien sea que se muestre, que sabemos que estás ahí!
Hubo un suspiro y entró. A decir verdad no me extrañé demasiado, era Ariel. Después de lo de anoche, me había casi acostumbrado que hiciera cosas así. Me saludó y puso cara alegre pero cuando vio a Annie, su cara fue cómo si acabase de vomitar, de asco y total repugnancia. Intentó llevarme con ella, pero no me dejé. Quería estar allí y no me movería nadie y menos ella.
- Bueno...Ariel, que teníais pensado hacer, ¿entrar en el baño y pillarme desnudo? - y la miro con furia, no sabiendo que hacer con ella, si echarla de aquí o qué.
- Pues...Mmm...N-No-Nosotras, no s-sabíamos lo que podíamos e-encontrar, s-sólo que-queríamos entrar a darte un p-pequeño susto...- y se pone a mirar el suelo con intensidad, cómo si quisiera fundirse con él.
- Valla a si que un pequeño susto, ¿eh? ¿Y se puede saber de donde sacasteis las laves de la habitación? - y lo único que se me ocurre es que se le hallan caído por ahí a mi colega del alma.
- Una de las chicas, pensó que la mejor manera de hacerte una broma sería, entrar cuando menos te lo esperases, así que en el comedor se sentó junto a Luck y empezó a contarle que siempre lo había visto más que un amigo, que lo amaba en secreto y esas cosas, entonces ella le propuso celebrar que eran algo así cómo una pareja, marchándose al parque a besarse. Fue allí donde le quitó la llave y me la dio a mi, porque estaba escondida por allí cerca.
A cada palabra, más odio sentía por ella y sus juegos de niña del Capitolio, no era por broma o tonterías de esas, sino porque quería obligarme a ser su novio o algo así y y no me doblego ante nadie y menos cuando utiliza a mi amigo para hacer de las suyas. Mis ojos chispean de odio y me pide perdón cómo si estuviera arrepentida, pero lo único que hago es cogerla por el brazo y sacarla fuera del cuarto.
La miro con una mezcla de odio y asco, antes de darle un portazo nada más haber salido. Yo pensaba que era una buena persona y mírala, intentando colarse después de haber utilizado a mi amigo. Me siento fatal, así que sin preocuparme por lo húmedo que aún pueda estar, me pongo el pijama y me quedo dormido al rato.
Horas más tarde, llaman a la puerta. Es Luck, que llega de lo más contento, tras haber besado a una chica, muy intensamente. Le extraña que se la halla perdido la llave y cuando le cuento lo que pasó, me mira un poco asustado por lo que hacen las chicas cuando alguien les gusta mucho. Está un poco molesto que lo hallan utilizado así y eso que lo tuvo esperando más de media hora cuando Ariel lo llamó, pero la chica era tan guapa que no le importó esperar. Un poco enfadado con Luck, por no haberme defendido de alguna manera, me acuesto dejándolo con la palabra en los labios.
A la mañana siguiente, me desperté y bajé solo al comedor, todas las chicas me miraban y seguro que era porque habían contado que me habían visto solamente con la toalla. Desayuno algunos cereales de chocolate con leche y un zumo natural, para empezar fuerte el día. Me acerco hasta la máquina de abdominales, me tiendo sobre ella y empiezo con los ejercicios. 1 hora más tarde estoy harto y me voy a practicar con el tridente, que me hace falta un poco de relajación mientras entreno. Pasado un rato a nuestro grupo, nos llaman para ir a hacer ejercicios a la playa. Es curioso, en todo el día no he visto a Luck, ¿me estará evitando? No le doy mucha importancia, así que me preparo y nos marchamos a la playa.
Corremos, sudamos, nos ejercitamos y aún así parece que no es suficiente para nuestros profesores que lo único que les falte es incentivarnos con amenazas. Terminamos por el momento para marcharnos a comer. Llegando al comedor, me uno a Jeff y Jareth que comprenden, que me halla enfadado con Luck.
Salimos de allí una vez que hemos terminado de comer y nos volvemos a la playa, a hacer ejercicios de resistencia en el agua. Hacemos 2 grupos de 24 tributos cada uno y el nuestro es el primero en hacerlo. Tras la primera ronda de llevar peso atado a nosotros para fortalecernos, nos dejan descansar en la arena mientras que el otro grupo, hace el ejercicio.
Me tiendo y escucho el ruido de las olas, las gaviotas de aquí para allá, el suave viento ondeando mi rubio pelo y que me acaricia suavemente mi mejillas, ese aroma a dama de noche que me gusta tanto... Y de pronto la mano de Jareth, da un toque suave a mi brazo, en plan de llamada haciendo que me levante sobresaltado. Lo miro con un poco enfado por despertarme de mi feliz momento de tranquilidad, pero el me mira y me señala a una persona que nos mira desde la lejanía. Fijo mis ojos y enfoco su pelo, su cara, sus ojos chocolate en los que me pierdo llegando al infinito, incluso en esas pequeñas pecas que tiene bajo esos hermosos ojos...¡Annie!
Sin pensármelo dos veces, corro hacia ella. Hace tanto que no la veía que ya casi me resultaba raro. Incluso a veces soñaba en que me echaba la bronca, por no visitarla tanto cómo ella hubiera querido, pero el hecho que ahora me sonría me alegra este día tan raro. Cuando he llegado a su lado, casi me abalanzo sobre ella. Estar con ella me resulta una experiencia, difícil de describir. Verme a sí de feliz, la ha puesto colorada pero acepta que entre mis manos recoja su rostro y le de dos grandes besos en las mejillas. No se esperaba que me pusiera tan contento, pero después de no verla durante varios días, que esta es mi única reacción posible.
Le cojo una mano y me la llevo a una cueva que hay a unos cien metros y que te oculta decentemente de los curiosos del exterior. Me pide que espere un momento y recoge un cubo, con conchas de muchos colores y agua salada a la mitad. ¿Para que lo querrá? Le pregunto y dice que es para su madre, para decorar su habitación. Le llevo el cubo y nos acercamos a la cueva. Más tranquilo recuerdo, que no la saludé siquiera de lo emocionado que estaba por verla. La saludo y le pido disculpas por no haberlo hecho antes. Me estira suavemente de la mejilla y me dice algo que me deja alucinado "No hace falta que me digas nada, porque tu sonrisa lo dice todo". Y esa sonrisa que me regaló, fue deslumbrante, mejor cien veces, que la de la señorita del Capitolio.
Charlamos durante un buen rato, nos lo contamos todo. Le digo lo que pasó con Ariel y se muestra indignada con la chica por haberse pasado de esa manera. Aburrida empieza a dibujar con un caballito de mar, con bonitos detalles. Me habla de alguna cosa pero no me entero, porque me estoy fijando, en lo bastante que ha cambiado en tan poco tiempo. Ha crecido, su pelo es muy largo y su rostro se ha endurecido por el sufrimiento, lo que la hace más mayor. Sus manos y sus dedos, son delgados y delicados, pero acostumbrados a trabajar tejiendo redes con agujas de hueso de tiburón. Hoy parece una modelo: lleva una sencilla camisa blanca y una falda muy larga que le llega a los tobillos, parece que realmente hoy halla salido de casa, para embrujar a algún chico con su encanto y dulzura.
De pronto las palabras que salen de sus labios, toman sentido en lo que dice - ...y me dice, bueno si a ti no te molesta, me voy a quitar la camiseta que tengo mucho calor, ¿Vale? y yo pues claro sin saber si me lo estaba preguntando o pidiendo permiso le digo claro que sí ¿Pero de que va ese chaval? Es algo que no entiendo...
- ¿Qué te dijo ese tío? - le pregunto de repente.
- Haber Finnick, ¿No lo entiendes? - me pregunta extrañada.
- No muy bien, creo que será mejor que me lo expliques porque si no, no me entero.
- Resulta que estaba en el muelle, trabajando con mi madre, porque acababa de salir del colegio y le quedaban 12 redes por arreglar, cuando se nos acerca Leo y nos pregunta, ¿Os puedo ayudar a terminar vuestras redes? Y me miró. Mi madre se dio cuenta y se hizo la cansada y se fue a casa a terminar el almuerzo. Así que se sienta y termina la que estaba haciendo mi madre. Nos pasamos un rato sin hablar nada. Pero yo de vez en cuando, notaba que me miraba y a mí me daba mucha vergüenza, así que me hice la loca y durante un rato nadie habló. Si tu supieras el calor que hacía, me caían gotas de la frente y claro me dice, bueno si a ti no te molesta, me voy a quitar la camiseta que tengo mucho calor, ¿Vale? Yo no sabía si me estaba pidiendo permiso o algo y le dije que claro, pero valla para ser tan pequeño no es muy normal que tenga tanto músculo porque sinceramente, parece que quiera entrar en la academia. Al final, terminamos le di las gracias y me marché. Pero no sé miró con esa cara tan rara, cómo si esperara que le dijera algo más, que con el gracias no era bastante, ¿Sabes? - se mordió el labio y la abracé.
Le expliqué, que el chico ese se esperaba más de ella, quizás incluso una cita. Pero al no, decirle nada le calmó los nervios y seguro que la dejaba en paz. Y todo esto la calmó a ella, que nunca había vivido situaciones tan extrañas. Escuché unos pasos en el exterior, iban despacio y desde adentro se veía una sombra que se pegaba a la pared. No podía ser que cualquiera que pasase por allí, decidiera esconderse para escuchar conversaciones ajenas porque sí. Así que debía ser alguien que nos había visto, entrar aquí y que quería escuchar conversaciones privadas.
Silencié a mi amiga y ella se dio cuenta de que nos espiaban cuando vio la sombra, así que con voz potente dije - ¡Sea quien sea que se muestre, que sabemos que estás ahí!
Hubo un suspiro y entró. A decir verdad no me extrañé demasiado, era Ariel. Después de lo de anoche, me había casi acostumbrado que hiciera cosas así. Me saludó y puso cara alegre pero cuando vio a Annie, su cara fue cómo si acabase de vomitar, de asco y total repugnancia. Intentó llevarme con ella, pero no me dejé. Quería estar allí y no me movería nadie y menos ella.
ooooooooooo!!!*.* Annie es la mejor!!!!!!!!!!!vaya hija del capitolio muto la Ariel!!!!:D enserio me dejas con la intriga siempre!!!!!muy mal mi chica de los azucarillos!!!!!jajajjaja es broma!!!!sin duda uno de los mejores caps.(bueno todos son perfectos)
ResponderEliminarM.T
Cierto M.T, la Ariel es una arpía¡! Jajajaja, siii soy Muy mala... xD Gracias Guapísima, espero que los siguientes te sigan gustando tanto cómo este¡!
EliminarUn Besazo¡! :P
Me encnata, como simpre.... jajaj. Sigue así, que me engancho a tu historia.
ResponderEliminarOooh Rue, Gracias¡!
Eliminaryupi!!!!!!!!!!!!!!!! capitulo nuevo me encanto como siempre las ansias me estaban matando escribes muy bien!
ResponderEliminarJajajaja, a Finnick le encanta hacerse esperar... :3 Gracias¡!
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