8/01/2012

Capítulo 12 - Una Nueva Amistad





 Olaa, os traigo el Capítulo 12 - Una Nueva Amistad. Disfrutadlo¡!

Llego a casa con la pulsera de Annie en la muñeca. Al entrar por la puerta veo a mi padre que intenta descansar, sobre la mesa, con la cabeza apoyada en un solo brazo. Cerca suya tiene una botella de agua y un vaso roto en el suelo. Tiene malas pintas, porque tiene la barba muy desaliñada. Bajo sus ojos hay unos círculos muy azules.

Está fatal y sigue bebiendo alcohol como si tal cosa. Me siento enfrente suya y me quedo mirándolo al mismo tiempo que recuerdo, lo guapo y lo feliz que era. Bueno que éramos, porque lo éramos todos. Me quedo ahí durante horas esperando a que mi padre despierte, cuando me quedo dormido, cansado de llorar por el recuerdo de mi antigua familia. Vuelvo a tener pesadillas, en las que Snow, viene y nos pega a mi padre y a mi. Amanece y me despierto, tengo muchísimo sueño, pero tengo que irme temprano a la academia.

Tengo tanto sueño que me tropiezo con todo lo que hay en casa. Me acerco a mi padre, le zarandeo y veo que se despierta. Lo acerco al sofá y sigue durmiendo, hasta que salgo de casa. Aún es muy temprano, así que para despejarme decido ir a la playa, para bañarme y pensar en lo que tengo que hacer. 

Llego a mi playa favorita y veo que no hay nadie así que dejo mi ropa en la arena y me baño en ropa interior. El agua está un poco fría pero me sigue gustando. Me baño durante una hora y para secarme me siento en en la orilla. Paso un rato observando el mar, a lo lejos veo algunos barcos pesqueros, que salen de pesca muy temprano.

Me quito la arena todo lo que puedo y me visto. Al fin, me voy de la playa tranquilo y voy temprano a la academia donde me daré una ducha rápida y después me pondré a entrenarme yo solo. Espero que abran temprano. Llego a la puerta la Academia y veo que está abierta. Perfecto, podré empezar a entrenarme antes que nadie.

Llego al vestuario masculino y veo unos armarios muy grandes, con nombre de chicos debajo puestos en orden. En la letra F, está mi nombre y veo que tiene una llave, en la cerradura. Cómo no hay nadie cerca, pienso en abrirla, así que me acerco y lo abro. Dentro hay una mochila con un papel que pone "Instrucciones", lo veo y que sirve para aconsejar en lo primero que tienes que hacer al encontrarte con aquello, pero por ahora lo dejo. Ya lo leeré después.

Abro la mochila y me encuentro con una bolsa de aseo, un mono de entrenamiento de mi talla, una botella de metal de la que beber mientras entrene, unos zapatos con los que entrenar y tres toallas de diferentes tamaño. Me doy una ducha rápida, me pongo la ropa que tenía la mochila y dejo mi ropa allí. Creo que sería bueno que fuera al gimnasio de la planta superior, desde donde se ve toda la ciudad, para aumentar y desarrollar la capacidad de mi cuerpo. Tengo que fortalecerme y hacerme muy resistente.

Empiezo corriendo y después me pongo a hacer abdominales. Durante la hora y algo que llevo aquí esto se ha llenado, muchas chicas se me quedan mirando, algunas con curiosidad, a otras parece que les agrado y muchas de ellas se acercan a mí y hacen sus ejercicios cerca de donde yo estoy.

Me parece extraño que yo un niño pequeño atraiga tantas miradas de chicas más mayores que yo. Bueno y los chicos parece que por algún motivo que no entiendo, me miran con resentimiento de vez en cuando me lanzan miradas asesinas que yo esquivo con facilidad. 

Termino y me estoy secando con una toalla de las que tenía en la mochila, cuando un chico se me acerca y me pregunta - ¿Has terminado ya? Es que quiero empezar con los abdominales - Lo miro un instante y me doy cuenta de que tendrá la misma edad que yo.

Claro, ya terminé - Le sonrio y me aparto del aparato y me bajo a la sala de entrenamientos, donde me espera mi profesor Aaron.

Finnick, ¿donde has estado? Te llevo esperando un cuarto de hora - parece un poco tenso, si sigue así le dará un ataque o algo.

Calma profesor, calma, he estado entrenándome un poco en el gimnasio, por eso hoy he llegado más pronto, para tener más tiempo para todo - le digo relajado. He soltado toda la energía sobrante que mi cuerpo necesitaba quemar.

Bueno, ¿Empezamos ya? - dice el profe un poco nervioso.

Claro, ¿Qué vamos a hacer? - pregunto mientras observo a la gente de mi alrededor. No me había dado cuenta de que no sólo sómos los chicos lo que participamos en los juegos del hambre, ya que como dice la tradición, son un tributo masculino y un tributo femenino.
Veo a muchas chicas, muchs guapas otras no tanto, pero que son fuertes, más que algunos chicos de su edad. Esto me hace pensar en quién será mi compañera en los juegos cuando me toquen. 

El profe me saca de mis pensamientos cuando me dice que voy a pelear, contra un chaval de mi edad, el mimo que me pidió que le dejara la máquina de abdominales. Ahora que me fijo mejor en él, es bajito con el pelo negro y rizado, es delgado y tiene los ojos grises muy claros. Se nos pide que nos demos las manos y se nos presenta diciendo nuestros nombres. 

- Finnick, este es Luck - y me señaló al chico.

- Luck, este es Finnick - me señala Aaron. Poneos en ese foso - nos dicen.

Nos pusimos donde nos dijeron y esperamos. Al poco de ponernos a esperar, llegó una mujer joven, con el pelo corto y liso. Era mona, tenía una naricilla graciosa y ojos color chocolate negro con la piel muy blanca y delgada - Me llamo Amira y os voy a enseñar a luchar cuerpo a cuerpo y para después luchareis entre vosotros hasta que uno de vosotros caiga desmayado o medio muerto, entonces se os llevará a la enfermería, pero quedareis cómo unos fracasados y perdedores. Bien empezemos, os voy a enseñar un poco de anatomía humana básica para que sepais donde és mas efectivo que golpeeis y donde hace más daño.

Y nos pusimos a aprender un poco de músculos, venas, arterias y nervios. Todo esto nos servía para llevar ventaja en el combate, para saber donde había que cortar o para saber cuanto tardaría el enemigo en desangrarse. Estuvimos poco más de una hora pero se me hizo eterna, porque no sabía mucho y Luck era un sabiondo que parecía que lo quería contestar a todo sólo para fastidiar.

Al fin se nos dijo, que nos marcharamos a prácticar defensa, que nos permitiría en una situación peligrosa de defendernos de lo que sea. ¿Y que era lo que sea? ¿Lo que sea eran niños desnutridos y hambrientos? ¿Niños inocentes sin culpa de los más mínimo? Esto era demasiado para mí, demasiado que nos enseñaran a luchar contra niños pequeños.

Sentí unas enormes ganas de llorar y al irme al cuarto de baño a desahogarme, pero me tropezé con alguien al girarme y vi que eran unos ojos muy familiares, pero sin decir nada corrí al cuarto de baño. Me senté en el suelo de unos de los compartimentos que tenía el baño y comenzé a llorar.

Lo hice silenciosamente, no quería que nadie me oyese llorar y que pareciese terriblemente débil. Además no quería que nadie me preguntase porqué estaba así. Era porque además me acordaba de mi madre, no quería convertirme en una persona sin corazón, ni sentimientos, que pudiese matar a una persona y disfrutar de ello, cómo lo había hecho Snow con mi madre.

Llevaba un rato así, cuando alguien entró en el compartimento que estaba a mi lado. Yo estaba sentado contra la pared y ví cómo alguien, un chico se sentaba en el baño, era un situación un poco extraña y vi que estaba un tanto nervioso, pero por algún motivo que yo no sabía, cojió un rollo de papel lo puso entre los dos baños y bajó la cabeza hasta que yo le viese. Era Luck. Me quedé atontado.

Estaba sonriendo y a voces empezó a decir - ¿Finnick, que tal? Olle yo que tú, lo utilizaría, tienes un aspecto espantoso cualquiera de las tías que hay por aquí saldría corriendo nada más al verte, tío.

Me reí, era buen tío. La verdad es que era con el primero con el que hablaba desde que entré aquí. Me limpié las lágrimas y los mocos, con el papel que me había dado, en mi baño no había ni un poco de papel. Salí, me lavé la cara y salí afuera con Luck, que me esperaba con una sonrisa en la cara.

Nos sentamos en una sala, en un rincón, para que nadie nos escuchara, pero tampoco hablábamos mucho. Al fin me preguntó que me pasaba antes. Le dije que me había afectado el ritmo de la Academia y que sólo me estaba recuperándo. Él me hechó una mirada de desconfianza, no se lo creia pero no preguntó.

Cuando terminamos, el día había sido muy largo, tenía ganas de llegar a casa. Pero por el camino, a mis espaldas llegó Luck corriendo y diciendo que me acompañaba a casa. Le pregunté porqué no se iba a casa y me dijo que era muy posible que viviéramos cerca. Charlamos durante todo el camino, hasta que llegamos a mi casa.

Vemos a Annie que me saluda desde la ventana de la cocina. Luck la mira y me dice - Muy guapa tio, suerte con ella. Se va y lo miro bajar por la calle. Creo que se podría decir que somos amigos. Espero que sigamos así durante años.

6 comentarios:

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