2/21/2013

Capítulo 35 - Culpabilidad





Sam Claflin ¡Que guapo! ^^

Hola mis pequeños tributos y sinsajos, lamento haber tardado todo este tiempo en subir el Capítulo 35 - Culpabilidad, pero estoy desbordada y no tengo tiempo para nada. Siento que sea tan corto, pero no ando bien de tiempo. Pero bueno, al final cómo podéis ver que he podido subirlo. Así que, a leer¡! :)

Tras una noche de terribles pesadillas, me siento al borde de la cama y miro aturdido hacia la ventana. Estas pesadillas no eran sobre mí, sino sobre Lilieth, en las que era torturada, quemada... Y más cosas, demasiado horribles cómo volverlas a recordar. No sé a qué se debe que me vengan estos repentinos "ataques de pesadillas", pero creo que tiene que ver y mucho, con la culpabilidad que me hiela las venas y se me anuda en la garganta. Me levanto y me doy una larga ducha en intento de despojarme de todo aquello que me apena tanto. 

Luck no está por aquí, creo que se fue a dar un paseo tras la cena y no sé si vino a dormir a nuestra habitación. Bajo con el mono de entrenamiento puesto y voy listo a ponerme a desayunar. Me paro en lugar donde Lili solía asaltarme y descubro que ya hay nadie que me pida que la lleve a caballito sobre mi espalda o que le diga lo estupenda y hermosa que es. Camino hasta el comedor con las manos en los bolsillos y cabizbajo. 

Llego al comedor y veo a unos operarios trabajando en una pantalla de plasma gigantesca. De los casi ochos metros que tiene el comedor desde el suelo, hasta el techo, la pantalla ocupa casi la mitad de la pared. Y es que es aquí, donde todos los tributos profesionales y los profesores veremos los juegos. 

Ignorando a la media docena de Agentes de paz que aseguran todo el recinto, me pongo en mi bandeja varias galletas, un vaso grande de leche y una manzana. Caigo hecho polvo en el banco de una mesa vacía. Triste, empiezo a desayunar cuando unos cuerpos se sientan a mi derecha e izquierda. Son Jareth y Jeff, que me miran tristes. Intento parecer normal, pero me cuesta. 

Intento no recordar el día anterior, porque sería demasiado. Además, estoy preocupado por Luck, que no aparece por ningún sitio. Tras desayunar, nos acercamos a la sala de entrenamiento. Para fortalecer mis músculos, voy a golpear el saco de boxeo. Se supone que mientras que estén los Juegos, nadie debe hacer otra cosa sino ver la televisión e interesarse por lo que pasa, pero eso no se aplica con especial rigurosidad a los distritos profesionales, ya que nos entrenamos en cualquier día del año. 

Tras media hora de golpear el saco, me voy quitando capas de ropa, hasta quedar con una camiseta blanca de tirantes. Estoy concentrado en golpear ya que para darme ánimos, me imagino la cara de nuestro presidente Snow, recibiendo esos golpes. Así que cuando una docena de chicas me hacen corro, no me fijo hasta que veo que estoy sudando por cada poro de mi piel, así que paro, me paso el dorso de la mano por la frente y con una sonrisa arrogante me giro. Las chicas me miran con los ojos desorbitados, cómo si lo que ven no fuera cierto. 

Pero no me interesa que me traten cómo un dios, sino cómo una persona normal y corriente así que recojo mis cosas y me marcho a las duchas. Me aseo un poco y escucho que en el comedor, la televisión de plasma funciona perfectamente y que podemos ver a nuestros tributos matarse unos a otros. Con impaciencia, me visto y salgo a ver la inminente llegada de Lili y Nathan, a la estación del tren de alta velocidad que les tiene el Capitolio lista a los tributos. Una marea de medios de televisión lo inundan todo. 

Se ve al tren acercarse poco a poco a la estación, mientras los medios de comunicación se pelan por las ventanas que dan al tren. Pronto, se ve a una muchacha, asomarse con cautela a la ventana. Les sonríe, mostrando sus blancos dientes a las cámaras. Es nuestra Lili, que tiene buen aspecto. A su lado, alguien la rodea con un brazo y se la lleva a la puerta. 

La puerta se abre y nos permite ver a Mags y Lili, posando para las cámaras, ya que al día siguiente, montones de periódicos, tendrán en su portada a la mentora y tributo profesional.Además, seguro que harán un reportaje sobre la tributo por su gran belleza e inteligencia, lo único que importa. Nada de que tenga que matar a otros jóvenes ni nada de eso, sólo la superficie. Detrás de ellas, está Nathan que las mira con un brillo extraño en los ojos y no puedo sino pensar en que debe haber ocurrido entre ellos. Bajan con parsimonia, dejándose ver mientras la mentora, Mags, se hecha a un lado. Tras varias sonrisas y halagos se despiden. 

Me alejo del comedor asqueado con todo así que me calmo con unos buenos lanzamientos de tridente. Más tarde cómo es totalmente obligatorio, veremos el paseo que todos los tributos dan desde el centro de entrenamiento hasta la mansión del presidente, subidos en carros, para que se presenten a los ciudadanos del Capitolio. 

2 comentarios:

  1. O pero si me a encantado!
    no importa que demores de verdad todos estamos con los exámenes encima casi ni me e dado cuenta de todo el tiempo que a pasado!
    bueno como siempre esta genial espero con ansias saber que pasa en el desfile y si Lili y Nathan tienen algo
    Saludos

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  2. INCREIBLE! Mi chica de los azucarillos como siempre me has dejado sin palabras, pobre Lili y Fin es tan mono, con lo de que quiere que le traten como a una persona normal<3 te ha quedo genial, espero que no haya pasado nada entre Nathan y Lili
    Sige asi, pelo precioso!;D
    Un mar de besos M.T

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